viernes, 7 de noviembre de 2008

Acaso

No sé si se me otorga nuevamente
el don de hacer poemas -no se sabe
nunca si es la verdad o si es tan sólo
nuestro deseo de encontrarla lo que
nos despierta la voz y nos remueve
en lo profundo del corazón-, mas dejo
sobre el papel estas palabras que hoy
vienen de no sé dónde y me aproximan
a las cosas del mundo, a los afanes
de mi antigua persona. Tanto tiempo
de sombras en mi vida, y de repente
llega otra vez la luz que me redime,
la misericordiosa claridad
que me salva por dentro y da a mi pecho
libertad y consuelo. Abro los ojos
y miro. ¿Rompe el alba? Se diría
que acaba la tiniebla. Y que amanece.

Eloy Sánchez Rosillo



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